No mucho más tarde, mi síndrome de Diógenes y yo le asaltamos sin el menor rubor para que nos trajera del pueblo desechos de herramientas de acero con los que poder hacer alguna cosilla en forja. Y, dicho y hecho...
Esta vez decidí dejarme de machadas, y usar la forja sólo para enderezar la pieza y bajar los filos. Mucho más fácil empezar con una pieza cortada ya con la forma general del cuchillo, la verdad. Así que un poco de radial y un poco de amoladora sobre una reja de arado de la foto de arriba, y la cosa ya parece... un infame hierraco oxidado, sí, lo sé.
Pero este hierraco oxidado fue objeto de las delicadas atenciones del martillo en la fragua que montamos en Portillo, más tarde recibió un primer desbastado en mi casa, y fue templado en agua (que es lo que tenía a mano) en Peracense; y por fin revenido durante media horita en el horno de casa, puesto a tope.
¡Y después de eso...! ¡Ah, después de eso! Pues sí, después de eso sigue pareciendo un hierro oxidado, para qué te voy a decir lo contrario.
Pero eso es sólo por la capa de escoria que le dejó la forja durante el templado, con un mínimo de lijado vuelve a quedar lisito y brillante (bueno... no, porque quería dejar un acabado brut de forge, sólo está bien lijada la zona del filo)
Si tenéis buen ojo, podéis ver que ahí ya estan cortadas las futuras cachas, hechas de una madera de olivo que me consiguió mi amigo Ferro i Foc. Lo cierto es que este cuchillo está hecho básicamente con materiales gorroneados, sí. De hecho, ahora que lo pienso, el carbón de las dos forjas donde lo trabajé tampoco era cosa mía, sino de los grupos que organizaban los eventos.
Lamentablemente, una de las cachas resultó tener un agujero más profundo de la cuenta y no me quedaba más olivo, así que tuve que repetirlas en madera de falso cerezo (justo, esa que también se llama "pelaburros", y que, por supuesto, también me consiguió Ferro i Foc). Aquí las tenéis, ya cortadas, junto con los separadores de cuero de becerro engrasado.
Como no soy precisamente el rey del rectificado, decidí emplear unos separadores de material un poco grueso, que absorbiera bien las irregularidades de la superficie. Estoy casi seguro de que en algún momento el maestro Germán Azote me dijo que eso tampoco era buena idea, pero tampoco consigo recordar por qué, así que ¡qué demonios!
El proceso para fijar las cachas ya lo explicaba aquí, así que tampoco me voy a extender demasiado. Lo primero, taladras el metal por donde irán los pasadores, poniendo el máximo cuidado en que el taladro sea bien perpendicular al eje del cuchillo (para eso, un taladro de columna es de enorme ayuda).
Usando esos agujeros como guía, taladras la madera de una de las cachas, y usas todo eso junto como guía para taladrar la otra; así los pasadores (en este caso de latón macizo de 4mm) entran bien, y las cachas quedan bien encajadas con la hoja.
Vaya, ahora que me fijo... qué caro me salió ese tornillo ¿no?
Y ahora, el paso que no debes olvidar jamás: lijar los hombros del mango hasta su acabado final, que una vez montado no podrás hacerlo sin marcar la hoja.
Y lo fijas todo con generosas cantidades de epoxi. La verdad es que no tengo yo dominado este paso, me quedan restos de epoxi en la superficie de los hombros que no soy capaz de eliminar. Esto tengo que depurarlo.
Jo, pues sí que eran caros los tornillos, sí. En fin, déjalo secar bien, y a darle forma al mango, con la combinación de lima, lijadora, papel de lija y pulimentos que más te guste.
Quería haberle puesto cera de carnauba, pero no encontré por mi zona. Entonces me acordé de que tenía por aquí un bote de cera renaissance, y le di un par de capas... En fin, sinceramente no se notan, apenas un pelín más de brillo después de mucho frotar; pero se supone que deberían proteger la madera bastante bien.
Pero, por supuesto, uno no ha terminado un cuchillo hasta que le ha hecho la vaina. Y, aunque este cuchillo casi parece más cebollero que de monte, habrá que hacerle una vaina digna.
Quería una vaina minimalista, con todo en una sola pieza (aparte de la costilla que protege la costura del filo, claro). Al principio experimenté con una tira para hacer un cierre, pero quedaba fatal y la quité.
Así que plastificamos el cuchillo bien plastificado para que no le afecte la humedad del cuero...
...y a dar forma a la vaquetilla negra bien empapada con la ayuda de unas piezas de madera y unas sargentas. El cuero ya teñido no pilla bien la forma, así que tienes que mojarlo bien y hacer estos despliegues; si fuera cuero sin teñir sería suficiente ir repasándolo con el dedo o con una plegadera estando sólo un poco húmedo.
Una vez tiene la forma correcta, seguramente tengas que repasarla un poco.
Pegas y coses la costilla, le das una buena lijada a todo el canto, un poco de cera negra, y lista la forma de la vaina. Un par de cortes son suficientes para formar una trabilla para el cinturón.
Y con un par de manitas de grasa de caballo ¡Ya tenemos vaina y cuchillo!
- Oiga, no es por fastidiar, pero ¿usted para qué quiere un cuchillo moderno de este estilo? Si usted lo que utiliza son artilugios del siglo XIII.
Pues también tiene usted razón, pero ¿sabe qué le digo? Que éste va a ser para el compañero que me trajo el acero, aunque sólo sea por las molestias (y para que me traiga más en futuras ocasiones)
10 comentarios:
¡Esto es el principio del viciooo!
Va, no te creas. Es divertido hacerlos por lo variado de las tareas a realizar, pero a mí tampoco me apasionan demasiado los cuchillos. Dejando aparte mi pequeña colección de dagas de fantasía, claro :-)
Por algo se empieza. Luego una pequeña daga, o un utilitario de monte, y cuando te das cuenta tienes una caja debajo de la cama llena!
Saludos.
P.D. Te enviaré mas madera... esto es la guerra!!!
Bienvenido al arte de reciclar..y gorronear Sensei,buen cuchillito te ha salido, un saludo.
¡Es que ya empiezo a tener demasiados! Y lo peor es la lista de espera: tengo varias hojas ya forjadas, en diferentes fases de acabado, esperando ser completadas; incluyendo aquella que te ayudé a hacer en tu casa hace ¿dos años? y que aún tengo sin encabar.
Aunque claro, si me mandas algo de madera, tampoco me voy a quejar, no creas ;-)
Por cierto, y ya que te pillo por aquí: lo del acabado de los hombros en los cuchillos de cachas y el epoxi va en serio; no tengo ni idea de cómo corregirlo. Para cuando quiero limpiarlo, ya está demasiado seco y deja restos. ¿Qué haces tú para que no se manchen? ¿Tal vez algún pegamento más lento?
Jou: ¡Lo importante es reciclar! (en otras palabras: la gorronería es la madre de la artesanía)
Hola, hay varias maneras. No pongas mucho pegamento en esa zona. Utilizar epoxi del chino, tarda mas y se puede cortar con un cutex. Mi preferida: sin pegamento, remachando a martillo los pasadores. Si se hace bien, no se mueve en la vida.
Cuando tenga tiempo te envio las maderas.
Un saludo
Si yo te dijera por lo que he tenido que pasar este verano para hacer mis primeros cuhillos interamente hechos por mi..
Ah, co.... si si te lo puedo decir.
Hay fallos, roturas, mucho polvo (y no es porno ni na)y muchas horas de diversion (eso con lo del polvo podria pegar, pero nuevamente na de na...)
Si no deseas que aparezca el hilo borralo sin compasion..
http://armasblancas.mforos.com/936813/10792368-de-vacaciones-pero-probando-cosas/
¡Messer, yo a ti ya te hacía hecho todo un experto forjador!
Me encanta el hilo que has puesto; ya sabes que yo siempre he tendido a los tutoriales en los que se explican las cagadas. Hay que desconfiar de los tutoriales en los que todo sale bien a la primera: está claro que algo ocultan.
Muy majetes los cuchillicos, sobre todo el miniatura.
(Y asombroso lo que sabéis sobre temperaturas y procesos de templado, no entiendo ni la mitad de lo que se comenta)
Qué pasada de blogs, eres un hacha
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