Ande yo caliente II: El regreso de los cubrepuños de más allá de la estética.


¡La primera parte les conmocionó! ¡El espanto les mantuvo paralizados en sus asientos!

¡Nadie podía imaginar semejante horror! ¡Una aberración sin límites! ¡El terror en estado puro! ¡Una monstruosidad que escapaba a la comprensión humana!

Pensaban que podían olvidarlos, pero ahora ¡han vuelto! ¡Más feos, pegando aún menos con la moto, con nuevas chapuzas y patrones aproximados! Ellos te mantendrán las manos calentitas, pero... ¿A QUÉ PRECIO?

¡PREPÁRENSE PARA EL HORROR DEFINITIVO!
¡LOS NUEVOS CUBREPUÑOS!
Nunca volverá a ver una custom con los mismos ojos




En la anterior entrega sobre cubrepuños aprendimos que hay pocas cosas que ayuden tanto a mantener calientes en invierno las manos de un motero como unos buenos cubrepuños. Pero los cubrepuños comerciales son pequeños, incómodos, y te acaban dejando las manos inmovilizadas y aún más frías y doloridas que si no los llevaras. Así que hay que hacerlos un poco más amplios, lo cual los vuelve feos. Muy feos. Extremadamente feos. Feos, pero feos, feos, feos.

Aquellos cubrepuños los hice hace casi seis años para la moto pequeña "de batalla" que suelo llevar a trabajar, y siguen dando servicio hasta ahora. Y siguen siendo feos. No, en serio, es que son muuuuuy feos...

Bueno, el caso es que, acostumbrado a la comodidad de esos cubrepuños (y medio insensible ya al repeluzno que da verlos) empezaba a echar en falta algo similar para viajar en invierno con la moto grande sin que se me cayeran los dedos al suelo. Y, ni corto ni perezoso, me puse a hacer unos nuevos cubrepuños. Vale, perezoso a lo mejor sí, que empecé a hacerlos hace cosa de seis meses y los terminé esta misma semana.

Y, como uno es un tío majísimo, hasta me he molestado en preparar unos patrones con su escala marcada, para que cualquiera (que no tenga el más mínimo sentido del ridículo) pueda hacerse unos. Claro, que, como uno también es un poco ñapas, según iba presentando las piezas hice algún ajuste, cortando un pelín por aquí y por allá, y puede que no todos esos ajustes están reflejados en los patrones. Pero puedes cortar según los patrones con seguridad, lo que no hice en ningún caso fue añadir más material.

¡Ah, importante! Los patrones son para una Yamaha XVS950. Una moto que la propaganda de la marca anunciaba como "ideal para mujeres y novatos". Si quieres hacer cubrepuños para otra moto, tendrás que adaptar los patrones, evidentemente.

 Para mujeres y novatos, este puñetero barco de casi un litro. Hay que jod...

Las premisas son las mismas: unas bolsas de cuero bien gordas, que corten el viento y te permitan manejar los controles sin estorbos. Van a ir sujetas al manillar con cierres de velcro y unos imanes de neodimio de lo más serios que las sujeten a los contrapesos del manillar.

¿He dicho "imanes de neodimio"? Empecemos por ahí. Primero vamos a hacer un cilindro de cuero bastante grueso (yo usé suela de 4mm) que se encaje en los extremos del manillar. Se abrirá para poder remacharlo al cubrepuños y esconderá dentro el imán. 

¡Y ahí va el primer patrón!

 ¡Cuidado, corresponsales de allende los mares! ¡Sistema métrico decimal! ¡Esto está en milímetros!

 Ya, ya sé que es rarito. Te lo explico: preparas una tira de cuero lo bastante larga como para envolver el extremo del manillar con cierta holgura, y con unas pestañas que puedas doblar para remachar a través suyo.

Coses canto contra canto con, por ejemplo, una costura en X. La flor hacia dentro, que la carne rasca y no quieres que se lleve el cromado del contrapeso


El cuero de 4mm no es que sea especialmente flexible, así que, para darle forma, hay que mojarlo y dejarlo secar... con cierto poderío. 



El cuero de suela de 4mm no es cosa de broma

Si te has fijado en el patrón de más arriba, verás que la parte central del puño de la moto sobresale un poco. Para que el imán no baile, habrá que hacer un relleno con una arandela de cuero de ese mismo grosor.



Tranquilo, los imanes de neodimio agarran sin problemas incluso a través de ese grosor de cuero. De hecho, ten cuidado, que como esos dos imanes salten para pegarse a algo (o entre ellos) y te pillen el dedo en medio... despídete de un cacho de dedo.



Lo pegas todo junto con una capa de cuero bien fino tan ajustado como puedas.

Con el imán encajado ahí detrás, esto irá remachado a las tiras principales encargadas de cortar el aire.

Más cuero de suela. Tonterías las justas.

Medidas en milímetros. ¡Cuidado, la flor por fuera! Los rebordes en rojo son la holgura para la costura y para poder volver el cuero.


Si vas a adaptar los patrones para otra moto, el secreto de estos está en que cables, manillar, etc. deben pasar por debajo del rebaje, y que el cuero forme curva suficiente para poder manejar las manetas con comodidad. Y no, no son simétricos, los manillares tienen piñas y cables distintos, y el depósito de líquido de frenos es especialmente aparatoso.

Más o menos así

Conforme a esa curva, se preparan las tapas superiores e inferiores. Las superiores llevan un hueco para pasar el espejo, lo bastante ancho para que luego el cierre con velcro le dé cierta tensión.


Ojo, que están a diferentes escalas. Cada cuadrado es un centímetro. Los recortes para los espejos van sólo en las tapas superiores. De nuevo, las líneas continuas marcan las holguras para las costuras. Las líneas a puntos marcan el límite de las tapas inferiores. ¡Cuidado, la flor para fuera!

Las tapas pueden ser de cuero más fino, pero sin pasarte, que si no luego quedarán como un trapo. Yo usé vaquetilla de unos 2mm. Lo coses todo del revés, flor contra flor, para darle luego la vuelta. Costura de guarnicionero estándar. (Y tampoco te vuelvas loco con los grosores del cuero, si lo haces todo de la misma vaquetilla tampoco pasa nada; yo usé varios tipos de cuero porque ya los tenía por casa, no porque sea imprescindible)


Ya, ya sé lo que estás pensando, Si tienes cueros de diferentes colores, primero tinte de buena penetración con pincel hasta que deje de chupárselo. Cuando se seque, una pasada de tinte en spray dejará un acabado limpio y uniforme entre todas las piezas.

Una vez cosido todo, empapas los bordes cosidos para que sean flexibles, y le das la vuelta a todo como si fuera un calcetín. Y lo dejas secar con algo que lo aguante con una forma un poco digna, y no hecho un gurruño amorfo.

Tampoco te obsesiones. Cuando los coloques en el manillar, y después de que te comas un buen par de chaparrones, los cubrepuños encontrarán su forma natural sin que tus intenciones originales influyan en lo más mínimo.


Y el tinte en spray mola.

Las siguientes piezas son raritas. La idea es dejar el menor hueco posible para que no entre demasiado aire (insisto, tampoco te obsesiones)

Cuidado con flor y carne. Y sí, estos vas a tener que recortarlos un poco más una vez se los presentes a las bolsas de los cubrepuños. (Cuadrados de 1cm, ya sabes)


Estas piezas van remachadas por el borde de las bolsas, y esos "dedos" pasarán entre los cables y se fijarán con velcro en la parte inferior de las bolsas. Ten en cuenta que van a tener que estar un poco tensas para que los cubrepuños se sujeten bien, así que hay que ponerles un velcro más bien ancho. ¡Ah, y si además de remacharlas las coses, lo bordes no se levantarán!

Tal vez debiera ir planteándome lo de lavar la moto, es cierto.

Un poco de -ejem- recorte sobre la marcha, más cosido, y un poco de velcro de 5cm. Un consejo: pon el velcro de forma que el lado que pueda rozar con el manillar o con tus brazos sea el suave. 
 

Y el otro lado del velcro. Ten en cuenta que los cubrepuños se van a deformar con la lluvia, la tensión, el tiempo... así que tienes que dejarlo amplio para que siga cerrando cuando todo esté un poco retorcido.


Ya sólo nos faltan las piezas que van a cerrar el hueco por el que pasan los espejos, y que también van a ir remachadas y con velcro.

Sí, cada cuadrado es de 1cm. ¿Por qué crees que iba a cambiar ahora?
 

Que síííí, que un día de estos lavo la moto, en serio.

Y ahora que ya os habíais confiado, sentid cómo vuestras entrañas tiemblan ante el horror primigénio. Porque aquí está, ya llega, es inevitable...

¡Los nuevos cubrepuños, la película!
En espeluznante Tecnicolor