Una barandilla sencilla (2): Soldando (con MIG) cuando no sabes soldar.

Vaya esto por delante: no sé soldar.

No sé si me he explicado bien. Hay soldadores muy solventes que se empeñan en decir, cargados de modstia, que no saben soldar. No es mi caso, así que voy a desarrollar el concepto: NO TENGO NI LA MÁS REPAJOLERA IDEA DE SOLDAR ¿vale? Así que este post no pretende ser una iniciación a la soldadura para principiantes dictado desde la experiencia de un profesional del gremio. No. Soy un absoluto neófito, y además creo que particularmente zarpas con un soldador entre manos.

Dicho esto, y tras varios años de perpetrar desastres cada vez que he intentado soldar, al final he aprendido un par de cosas, y me siento capacitado para intentar ahorrar algunos de los más vergonzosos y lamentables errores de novato a los gilipoll... aficionados al bricolaje que se meten en este lío en plan autodidacta, y explicar algunas cosillas que a mí me han servido.

Y no, lo que voy a explicar no me ha servido para hacer unos cordones excelentes. Me ha servido para hacer unos cordones realmente lamentables, pero que al menos parece que, por lo general, van aguantando, que es más de lo que llevaba consiguiendo habitualmente. Vamos, que me sigue dando vergüenza verlos, pero que ya no me echo a llorar. Esto de soldar siendo novato es un poco como desarrollar software: es mejor que nadie vea el trabajo terminado hasta que lo hayas tapado con un par de manos de pintura; y cuando por fin entra en uso, tienes que mantener una sonrisa de seguridad y confianza en ti mismo mientras rezas para que no se caiga a pedazos en el peor momento.

Eso sí, el material gráfico, en su inmensa mayoría, lo he encontrado en internet. Efectivamente: tutorial copia-pega; soy lo peor.

El leitmotiv de este post es la fabricación de una barandilla para la trampilla de acceso a una buhardilla, tenéis el principio de la historia aquí. Parto de varios hierracos ya cortados y queremos montar una barandilla combinando pletinas de 4 y 5mm de espesor, y tubos cuadrados de 40x40 y, así a ojo, 1,5mm de espesor de pared. Combinado con tener que trabajar retorcido y de rodillas sobre un suelo irregular en una buhardilla con poco espacio y sin luz natural, comprenderéis que he experimentado bastante más allá de las condiciones ideales.

Así que empecemos:

¿Qué tipo de soldador me compro?

Después de hacer el manta con varios tipos de soldadores asequibles, creo que lo tengo claro: MIG sin gas.

¿Por qué no quieres soldadores de electrodo?

Los soldadores de electrodo son esos tan típicos de ver, con un electrodo que es como un  palito que se va consumiendo conforme sueldas.

 Soldadura con electrodo. Si, el abuelete de la casa de al lado sabía manejar una de estas, pero requiere bastante más habilidad de lo que parece a simple vista.

Los soldadores de electrodo (ya sean de alterna o inverter) requieren muchísima maña para soldar bien con ellos. ¿Que son más baratos? Pues sí, pero tampoco te creas que mucho: los más económicos están entre los 60 y 70€, y un MIG te puede costar 100€. ¿Que los electrodos son más baratos que el hilo del MIG sin gas? Pues también, pero si acabas quitando con la radial los cordones mal hechos  dos de cada tres veces, tampoco es que vayas a ahorrar tanto, muchachote.

Y, sobre todo, son un asco de manejar si no tienes experiencia. El arranque y la continuidad del arco son un dolor de cabeza constante. Arrancar el arco sin que se te quede pegado el electrodo requiere un pulso y una habilidad de la que yo, al menos, carezco; y una vez establecido, requiere estar muy atento a la distancia del electrodo a la pieza para no dejar un cordón asqueroso. Y con asqueroso quiero decir una acumulación de pegotones mezclados con agujeros en el hierro, y que posiblemente puedas romperlo dándole un golpecito con la mano a la pieza.

Esta no es una de mis soldaduras con electrodo. Esta es muchísimo mejor que mis soldaduras con electrodo, dónde va usted a parar.

 Que sí, que todo se puede apañar si controlas a la vez la intensidad, tu velocidad de avance, la distancia del electrodo a la pieza, y un par de cosas más; pero la curva de aprendizaje de esto es empinada.

En definitiva: si vas a ir a un curso de soldadura, puede que sea buena idea; pero, como autodidacta que quiere que ese par de hierros se sujeten juntos con cierta prisa, mejor busca otra cosa.


¿Por qué no quieres MIG/MAG con gas, o TIG?

Hombre, MIG/MAG, quererlas, quererlas, sí que las quieres. Pero estos tipos de soldadura van inyectando un gas a la zona a soldar para protegerla del oxígeno ambiental, y lo que no quieres es, para dos veces que vas a soldar al año, tener que hacer un contrato para el suministro de las bombonas de gas (Argón, CO2...), que siempre es un lío (además de ser aparatoso y caro) Pero vamos, que si eso no es problema, seguro que es mejor que la MIG sin gas, que, al fin y al cabo, deja más escoria y proyecciones (esteeee... polvillo y salpicaduras de metal, para entendernos)

La buena noticia es que una máquina de soldar MIG con gas, por lo general también sirve para hacerlo sin gas. Así que, si te da miedo quedarte corto, puedes hacerte con una de estas (aunque sin hacerte con bombona de gas) e ir practicando con el hilo de sin gas. Y, si más tarde quieres pasarte a la MIG con gas, enchufas la bombona y listo.

Soldadura MIG/MAG. Estás harto de verla en las series americanas de tuneado de coches y motos.

Y sobre el TIG... pues tiene el mismo problema de necesitar gas, y además también requiere ser bastante hábil, porque el posible metal de aporte lo tienes que ir poniendo tú a mano con una varilla. Y, mi querido novato, tú no sabes hacer eso.

Soldando con TIG (llevadme - hasta - vuestro - líder)

Y entonces ¿qué es eso del MIG sin gas?

En cualquier soldadura de arco eléctrico, colocas una pinza en la pieza a soldar, y manejas un electrodo con una diferencia de potencial con la pinza de una burrada de voltios. En el caso de la soldadura MIG, el electrodo es un fino hilo de metal que va siendo empujado a través de una pistola, y que se va fundiendo al llegar a la pieza y formar el arco, aportando metal adicional a la unión de las piezas. Esto, por cierto, hace que sea mucho más tolerante a cambios en la distancia con la pieza que la soldadura con electrodo tradicional, así que tienes una variable menos de la que preocuparte. Bueno, mejor dicho, de la que te puedes preocupar menos.

Pero la zona en la que sueldas, si quieres que la soldadura no sea directamente un pegote de óxido, debe estar protegida del oxígeno ambiental. Para eso, en la MIG, se inyecta un gas (la "G" de "MIG") que rodea la soldadura. En el caso de la MIG sin gas (sí, es una contradicción, ya lo sé) lo que se hace es que el propio hilo es hueco, y lleva por dentro un material que se va vaporizando y creando alrededor de la soldadura una zona protectora. De hecho, es lo mismo que hacen los electrodos clásicos, aunque en ese caso es un recubrimiento exterior. A esta MIG sin gas también se la denomina a veces "de hilo tubular" / "de hilo hueco"; o "de hilo con flux" (en general, se llama "flux" o "fundente" a cualquier material que ayude a la soldadura y que no sea el metal de aporte)

¿Desventajas respecto al gas? que el flux deja residuos sólidos (escoria) que se acumula en forma de "cascarilla" sobre el cordón, y que, al expandirse el gas protector, suele proyectar salpicaduras de metal en los alrededores del cordón. Pero vamos, mucho menos que los electrodos clásicos; nada de lo que preocuparse. Eso sí, genera algo de humo, y no es precisamente sano, así que necesitas buena ventilación.

¡Eh, y hablando de eso, tiene una ventaja espectacular! Este tipo de soldadura no nació para librarse del lío de tener que usar bombonas de gas, sino para permitir soldar con la facilidad del MIG en sitios con viento (que se llevaba el gas) Así que es una buena opción para manejar en exteriores cuando sopla el aire.

Y otro punto muy importante: se han abaratado una barbaridad. Ahora mismo, puedes hacerte con un equipo nuevecito y bastante solvente a partir de los 100€.


¿Qué más necesito para poder empezar?

Los arcos de soldadura emiten enooormes cantidades de energía en frecuencias feas de esas que hacen a los dermatólogos fruncir mucho el ceño, así que ninguna zona de tu piel debe quedar expuesta a la luz del arco. Ojo, ni siquiera de lejos, cuidado con la gente que esté alrededor, incluso expuesta a la luz reflejada. Mono, manga larga, y guantes largos de cuero para empezar. Y, por supuesto, una máscara de soldar. Porque mirar directamente al arco, aunque sea cosa de centésimas de segundo, te puede joder la vista para siempre. Si después de soldar te sientes como si tuvieras arenilla en los ojos, al médico echando virutas.

Careta de soldar de mano de las que vienen con las máquinas baratas. Es como mirar a través de un cacho de madera.

Las máquinas de soldar suelen venir con una máscara de soldar, que es realmente estupenda para que la use cualquiera que no sea el que va a estar manejando el soldador. Esa cosa, a menos que estés mirando directamente al arco a un palmo de distancia, es prácticamente opaca. Eso significa que, si te la pones delante de la cara, con toda probabilidad vas a empezar el cordón lejos de donde se supone que debería estar; y eso es mala cosa. Y lo de arrancar sin haberte puesto la máscara delante lleva directamente al oftalmólogo y a una temporada a oscuras con vendas sobre los ojos.

Así que yo te recomendaría invertir en una máscara electrónica. El visor, que en realidad es de cristal líquido, en "reposo" es transparente, y llevan un panel fotovoltaico que, al recibir la luz del arco, oscurece inmediatamente el visor. Esto te permite llevar la máscara puesta y bajada sobre la cara, y aún así ver qué demonios estás haciendo, tanto antes como después de establecer el arco. Tienen regulación del nivel de oscurecimiento, así que ahí va una recomendación: tan oscuro como seas capaz de trabajar con el arco establecido. No te la juegues.

Las hay en rangos de precios entre los 30 y los 300€. Para un uso esporádico, mientras estén homologadas debería servirte casi cualquier cosa. Si eres un profesional, y a lo largo del día vas a acumular muchos arranques, la diferencia de calidad y, sobre todo, los milisegundos de diferencia en oscurecerse van a empezar a ser importantes. (Si eres un profesional, lo cierto es que no creo que estés aquí buscando consejo, por otra parte)

No es que sea demasiado relevante, pero las máscaras electrónicas, además, pueden comprarse con dibujitos macarras molones.

Tampoco te vendría mal un martillito y un cepillo de púas para eliminar la escoria, o incluso una radial para rebajar cordones demasiado exagerados. Pero si estás en la tesitura de ponerte a soldar, seguro que ya tienes de esas cosas.

Por cierto, hablando de la escoria: cuando sueldas, se queda flotando por encima de la soldadura, y lo de limpiarla con el cepillo de púas es imprescindible para luego pintar y tal. Y muy importante: cuando interrumpas un cordón y luego vayas a continuarlo, también tienes que eliminarla, o el nuevo cordón no se pegará bien sobre el anterior.

¡Ah, se me olvidaba! Consigue también un cortalambres o un alicatito que corte bien. Luego te lo explico.

Vamos al lío.


¿Cómo se prepara un soldador MIG sin gas?

Yo me compré un equipo baratucho, y, buscando información por internet, descubrí que hay como una docena de marcas que venden básicamente el mismo modelo; así que, con un poco de suerte, será idéntico al que te compres tú y se portará exactamente igual.

Lo primero que tienes que hacer es sacarlo de la caja, ver qué pinta tiene, y buscar cómo se abre la tapa de acceso al compartimento de la bobina de alambre. Dentro de ese compartimento estarán las piezas para sujetar las bobinas, algunas boquillas y fusibles de repuesto, y, probablemente, unas instrucciones extremadamente escasas.



 Uno de tantos soldadores clónicos con la tapa cerrada y abierta. Deslizando esos pasadores que se ven en los laterales traseros de la tapa se bloquea y desbloquea su apertura.

Puedes empezar por colocar la bobina en su sitio. 

Por lo general, estos soldadores baratillos vendrán con una bobina de prueba: ojo, porque va a tener poco hilo, y posiblemente de calidad dudosa. Se te va a acabar enseguida, así que es probable que quieras comprar más antes de ponerte con tu gran proyecto. Hay de diferentes espesores, parece que el más normal es el de 0,8 - 0,9mm, que parece que va bien en hierro de los espesores normales para una chapuza doméstica. ¡Cuidado! No te vale un hilo cualquiera, tiene que ser específico para MIG sin gas. Si lo pillas macizo, que es el de usar con gas, no te servirá.

 La bobina viene sellada, porque el contacto directo con el aire no le sienta bien. De hecho, cuando termines de soldar, si vas a pasar una temporada sin volver a usar el aparato, es buena idea volver a bobinar el hilo, cubrirlo con plástico de cocina, y devolverlo a su caja.

Verás que el soldador tiene un mecanismo de aspecto alarmantemente complicado para colocar el hilo.

Que no cunda el pánico. Es más sencillo de lo que parece.

Lo primero es colocar la bobina sobre su eje. (Ponla al derecho, para que el hilo pueda entrar directamente en su guía sin retorcerse, que te estoy viendo) El soldador vendrá con una tapa a rosca para fijarla en su sitio sin necesidad de herramientas (y puede que con un muelle que metes antes en el eje para... pues no sé, para presionar y amortiguar, o algo. ¡Yo qué sé!)

El hilo pasa por un canutillo que lo lleva hasta unos rodillos de empuje. Esos rodillos tienen un mecanismo para dejarlos firmes en su sitio, o liberarlos para poder cargar el hilo. Si miras la foto de ahí  arriba, he señalado en rojo el cosín de levantar la palanca que libera los rodillos. 

Plus de complejidad: Uno de los rodillos es reversible para ajustarse a otros grosores de hilo, y la cosa esa de abrir la palanca sirve también como rosca para ajustar la tensión de los rodillos y que el hilo arrastre mejor o peor; pero por ahora, con los ajustes de fábrica vas que te matas.

Muy bien, desengancha el extremo del hilo y corta su extremo (Para esto era el corta alambres: el extremo debe ir limpiamente cortado, si está retorcido nunca entrará en la guía) y ten cuidado, porque suele ir muy prieto y querrá saltar. Pásalo por el canutillo guía, y luego por otro canutillo que está más allá de los rodillos, con cuidado de no doblarlo. Empújalo unos centímetros, y cierra el mecanismo de fijación de los rodillos.

Más tarde, cuando enchufes el aparato después de asegurarte de que la pinza y la pistola no tengan nada parecido a contacto eléctrico, apretando el gatillo de la pistola harás que el hilo avance hasta que asomen unos centímetros por el extremo. Ese es el momento de soltar el gatillo. Y de apagar el aparato. Luego lo desenchufas. Después te aseguras de que lo has desenchufado. Luego cortas la luz de la casa. Y llamas a la compañía eléctrica para que corten la luz a toda la manzana. Y entonces, con mucho cuidado, cortas el alambre que sobresale hasta dejarlo a ras de la boquilla de la pistola. (WARNING: Con los soldadores baratos, cuando el soldador está encendido, aunque no aprietes el gatillo de la pistola, el alambre tiene tensión)

¿Que no te has enterado de nada? Tranquilo, hay gente que hace unos tutoriales bastante mejores que mis explicaciones:

 Este tío es un crack explicando el tema a un nivel asequible. Pero tú no vas a tocar el alambre con las manos descubiertas mientras el aparato está encendido bajo ninguna circunstancia ¿OK?



Controles del soldador

Hay soldadores más o menos sofisticados, con controles con ajustes más precisos e indicadores de todo tipo. Pero los clónicos baratos tienen casi todos un panel como este:


Tranquilo, ahora lo explico

 1.- Interruptor on/off
 Aquí no hay mucho que explicar. Ojo, porque en el momento que lo enciendes, das tensión. Si el alambre y la pinza están en contacto eléctrico, eso va a chisporrotear.

2.- Control del voltaje
Un soldador más sofisticado tendrá una rueda para ajustarlo con más cariño, y hasta un display para mostrar voltajes y amperajes, pero estos bichos basicotes tienen dos interruptores, uno etiquetado "min/max" y otro "1/2". Por lo que he podido averiguar y experimentar (porque esto no está documentado; y me parece un fallo garrafal), el orden es este:
     - min/1: la posición más floja, sirve para soldar cosas finas tipo chapa.
     - min/2: la siguiente en fuerza. Pletinas un poco más decentes (a mí me ha ido bien con 3mm de hierro)
     - max/1: nos vamos poniendo serios, esto suelda 5mm de hierro sin pestañear.
     - max/2: a tope para hierro macizo gordito.
Ojo, porque esos grosores son orientativos; dependen de otras cosas, como de tu velocidad moviendo la pistola o el material concreto a soldar. Tendrás que experimentar antes.Y no sueldes la estructura de un edificio basándote en esta chapuza de tutorial ¿vale?

3.- Velocidad de avance del alambre.
Con esto controlas cómo de rápido va saliendo el alambre por la pistola. De nuevo, depende de cosas como tu velocidad de avance al echar el cordón, y de la potencia que le estés dando a la soldadura. Tendrás que probar, ahora lo explico (yo me he movido entre el 3 y el 5 de las 10 posiciones que marca. Por lo general, a más voltaje te hará falta que vaya más rápido)


4.- Aviso de enfriamiento
Un soldador es una máquina que se puede llegar a calentar por dentro una auténtica barbaridad. Para evitar que se churrusque, cuando empieza a pasarse de calor, deja de funcionar y se pone a ventilarse como una loca; y hasta que no baja a una temperatura decente, no vuelve a arrancar. Es ahí donde se enciende este piloto. No, no se te ha estropeado el soldador, es sólo que, si le das mucha caña sin parar, necesita refrescarse (y a veces tarda un buen ratito)




Configurando el paratu

Para configurarlo, lo mejor es el método de prueba y error. Sobre un retal del metal que vayas a querer soldar, tiras unos cuantos cordones de prueba (cuantos más, mejor) y le vas pillando el ritmo y la configuración adecuada.

Mi recomendación de novato sobre cómo planteártelo:

1.- Coloca la pinza de masa bien colocada, sobre una zona que no esté oxidada ni pintada, a poca distancia de donde vayas a soldar (un palmo o palmo y medio está bien) Este consejo también vale para la soldadura real, si la masa es mala, la soldadura es una castaña.

2.- Empieza con poca intensidad y la velocidad de desplazamiento de la pistola a la que te sientas cómodo (luego hablamos de eso). Si el cordón queda superficial con pinta de no haber penetrado del todo bien en el material, sube la intensidad. Si funde los alrededores a lo bestia (y, sobre todo, si agujerea la chapa), es que te has pasado, baja la intensidad.

3.- Empieza con baja velocidad de salida del alambre. Si el cordón se queda escaso de material de aporte, con sólo unos puntos aquí y allá, sube un poco la velocidad del alambre. Si, por el contrario, queda un cordón muy abultado por el exceso de aporte, baja la velocidad hasta que quede ajustado.


En realidad, para mí todos esos cordones estarían bastante bien, pero puede servir para hacerse una idea.

A la hora de ajustar el voltaje y no pasarte, ten en cuenta una cosa: por lo general, cuando sueldes de verdad la pieza, vas a querer unir metal por su borde. En ese caso, el calor tiene menos material alrededor para repartirse, y el borde (y aún más si es una esquina) se va a calentar más que si haces el cordón en mitad del material. Eso puede llevar a fundirlo, así que es buena idea que hagas pruebas por el borde, no sólo a media pieza.


Al grano: ¿cómo se tira el cordón? 

Checklist previa:

- Zona a soldar preferiblemente limpia (una lijada con la radial puede venirle bien si está pintada o muy guarra) 
- Nadie cerca a quien deslumbrar o tostar, ni materiales combustibles al alcance de las salpicaduras
- Llevas ropa que te cubre todo el cuerpo y que no se va a quemar cuando le salpique la soldadura
- Guantes de soldar. Largos, no te dejes las muñecas al aire
- Pinza cerca de la zona a soldar
- Soldador encendido.
- Pistola en la mano (puedes agarrarla con las dos manos si te ayuda a mantenerla firme)
- Máscara bajada
- Posición cómoda (yo he soldado la barandilla tirado por el suelo y malamente retorcido, y se nota)

Muy bien, pues... ¡espera!

Hay que saber en qué posición están las piezas a soldar, porque la cosa cambia.

El kama-sutra del soldador

Intenta, siempre que puedas, soldar en plano. Es lo más fácil, la misma gravedad hace que el charco de metal fundido penetre bien en la unión, y no hay que andarse con consideraciones raras. En horizontal o en vertical hay que tener cuidado con lo que hace la gravedad con el metal fundido, y en cornisa (sobrecabeza)... mejor ni lo intentes, porque no sólo es mucho más complicado, sino que el metal fundido puede querer caerte encima.

Verás que muchos soldadores se limitan a arrastrar la pistola en línea recta sobre la unión a soldar. Bueno, supongo que eso puede valer cuando sabes lo que haces, tienes buen pulso, y ves perfectamente la zona a unir. Lo he intentado varias veces, y por lo general consigo un cordón estupendo justo a un par de milímetros de donde debería estar, es decir, que no une nada con nada. Así que, como novato, prefiero la técnica del zig-zag para asegurarme de cubrir bien la zona de unión.

¿Y cómo va eso? Empecemos por los conceptos básicos.

Arrastrar o empujar

Supongamos que eres diestro y coges un boli para escribir. El boli queda inclinado hacia la derecha unos 10 o 15 grados, y lo mueves por el papel hacia la derecha. Muy bien, ese viene a ser el ángulo en el que debes coger el soldador, y a eso se le llama arrastrar.

Digamos ahora que eres zurdo. Coges el boli con la izquierda, inclinado hacia la izquierda, y lo vas moviendo hacia la derecha. Eso es empujar.

¿Ventajas e inconvenientes? Ni idea, yo arrastro porque así veo mejor lo que hago; menos para cordones verticales, que empujo. Y posiblemente lo haga mal, así que tampoco me hagas mucho caso.

Soldando en plano

Esta es la más fácil. Acercas la pistola al punto de inicio del cordón (¡máscara bajada!), das al gatillo, y se establece el arco. Y, con calma vas avanzando por la zona a unir haciendo zig zag o, si te pones chulo, medias lunas tal como indica la figura.

Las famosas medias lunas de la soldadura con electrodo, con la "barriga" adelantándose en cada zig zag. Hay un montón de tutoriales de MIG que hablan de ir dando vueltas hacia atras como si fuera un muelle, pero no tengo nada claro que eso sea buena idea con flux; vas a pillar mucha escoria entre pasadas.

Y aquí las preguntas del millón que nadie responde nunca: ¿Con qué amplitud? ¿A qué velocidad? ¿Cuánto avanza cada pasada?
 
Pues yo me voy a mojar. De novato para novato. Esto a mí me funciona medio bien, un soldador profesional sin duda podrá escribir varios tomos matizándolo. Son mis principios, así que, si no te gustan, tengo otros.


La amplitud de lado a lado: no te cortes, porque como en realidad no ves bien lo que estás haciendo, es muy fácil que acabes soldando cerca de la zona a unir, en lugar de hacerlo encima. Puedes irte a tres o cuatro milímetros por cada lado sin problemas.

El ritmo: con calma. No tengas prisa, tienes que dejar que eso penetre. En cada ida y vuelta puedes invertir perfectamente alrededor de un segundo (los que ya tenemos unos años y hemos jugado con el revelado de fotos en película química sabemos que un segundo es lo que se tarda en murmurar la palabra"olifante") Si es chapa muy fina, a lo mejor tienes que ir algo más rápido para no agujerearla, pero tampoco te pases de rápido o no cubrirás bien la unión. Ya sabes, experimenta con retales antes de lanzarte a la pieza real.

Y el avance: pues lo suficiente para que cada pasada del zig zag se solape bien con la anterior. Digamos que el 50% del grosor del ancho de charco que dejes en cada pasada. Eso depende de la configuración de muchos parámetros, pero puede ser cosa de entre dos y cuatro milímetros.

(Mis amigos soldadores me van a matar por esto, y seguro que acabo editándolo para corregirlo)

Esta es la idea

Soldando en horizontal

Igual que en plano, pero tienes que tener en cuenta que el charco de soldadura se va a desplazar un poco hacia abajo antes de solidificarse. Así que tienes que echar el cordón un poco más en la parte de arriba para que luego, al bajar, quede centrado, y hay mucha información sobre el ángulo de ataque de la pistola para que el cordón quede de una forma o de otra. ¡Ja! ¡Como si vieras lo bastante como para hacer eso! No te agobies: zig-zag como antes, y arreando. Piensa en "apoyarlo" un poco más en la parte de arriba, y listo.

Soldando en vertical

Aquí tienes una decisión interesante que tomar: ¿ascendente, o descendente? ¿Empujar o tirar?  He hecho algunas pruebas y, de novato, creo que es mucho mejor ascendente empujando; es como la gravedad te hace menos cosas raras con el metal fundido y parece que penetra mucho mejor.

Pues eso, igual que antes, pero para arriba.


Claro que hay otra escuela que dice que, en esta posición, las medias lunas se hacen al revés, con la "barriga" hacia abajo. Creo que es para que los bordes vayan guiando el charco de fusión al interior de la unión. Yo lo he probado, y me ha gustado mucho, así que es la que te recomiendo.

Soldando material grueso con chapa más fina

Aquí la cosa se empieza a poner interesante. Tienes que regular el soldador para la pieza más fina, porque, si lo haces al revés, llenarás de agujeros la parte fina. Y luego, al hacer el zig-zag, "apóyate" un poco más en la pieza gruesa para que le dé tiempo a fundir y penetrar mejor. Es una cosa sutil, tampoco te pases. Sólo te quedas un poquitito más en la zona gruesa.

¿Y si estás soldando en horizontal y la parte superior es la más fina? ¡Pues yo qué sé! Digo yo que una cosa cancela a la otra. Experimenta, tío.
 

Mierda. Una pieza complicadísima casi terminada, y acabo de hacer un agujero al soldar la última unión.

Sí, eso pasa. Se te va la mano con el voltaje. Desplazas la pistola demasiado lento. Te despistas y la dejas quieta donde no debes. La puñetera chapa tenía un borde desigual con una zona más fina que se funde con mirarla. Querido soldador novato: a menos que te dediques exclusivamente al hierro macizo, te va a pasar: fundirás el mateial y te quedará un agujero.

Because shit happens

Pero que no cunda el pánico. Todo tiene arreglo. Dentro de tu equipo de soldadura hay una bobina llena de metal de aporte, listo para tapar ese desaguisado. Sólo tienes que saber cómo depositarlo sin liarla aún más.

Un hueco se forma cuando el material original se calienta demasiado y se funde del todo. Para rellenarlo, tienes que ir depositando aporte sin darle suficiente calor para fundirlo aún más y ampliar el agujero. Eso se hace yendo poco a poco: das una gota de aporte, dejas que empiece a enfriarse, das otro poco, dejas que empiece a enfriarse, das otro poco... Vale, el resultado no es bonito, pero cierras el agujero, y luego siempre puedes lijar el resultado.

Este tío es un crack. Vale, lo hace con electrodo, pero la idea es la misma. Y además, así veis lo que es pegarse un electrodo, que le pasa un par de veces.


Ya he dicho que no sé soldar ¿verdad? Bueno, pues si esperabas que estos consejos te ayudaran a conseguir unos cordones magníficos que avergonzaran a ese soldador profesional que tan caro te quiere cobrar su trabajo que tú has pensado que podía hacer cualquiera... pues va  a ser que no. Con estos consejos, con un poco de suerte y maña, podrás hacer unos cordones cutres, pero que al menos mantengan pegados dos trozos de hierro. Y, como muestra, un botón: esos son los cordones que yo he conseguido soldando la barandilla que estoy haciendo.


Sí, son una castaña; pero al menos esos hierros se han quedado unidos.

En la próxima entrada entraremos algo más en la parafernalia necesaria para soldar en sitios cerrados y terminaremos con los remates de la barandilla. Mientras tanto, intentad no prenderle fuego a nada.


Una barandilla sencilla (1): preparando el Mecano


Vale, lo confieso: este post no va a aportar casi nada. Es básicamente una introducción para dar contexto al siguiente post, en el que hablaré de cómo soldar cuando no sabes soldar; que eso sí que es un conocimiento útil. Así que, con mis disculpas, aquí va un post soso sobre el diseño más simple y feo posible que le puedes dar a una barandilla de hierro.


  Va, venga, una imagen para consolar los nostálgicos de aquellos juguetes metálicos que han llegado hasta aquí por culpa del confuso título de esta entrada

Todo empezó porque mi casa del pueblo tiene una buhardilla de esas de aprovechamiento dudoso. No tiene luz natural, no puedes ponerte del todo de pie sin meterte un cabezazo contra el techo, los acabados son cemento, vigas y ladrillos... pero oye, es una buena cantidad de metros cuadrados de almacenamiento que no resulta en absoluto desdeñable.

Y también tiene una característica muy curiosa que yo, hasta que compramos esta casa, no había visto más que en las películas americanas: un acceso consistente en una trampilla en el techo del pasillo y una escalera escamoteable.

¡Me encanta nuestra pintura del pasillo!

Si, ya, cómo mola ¿no? Pues sí, cualquier niño que visita la casa y la ve se queda fascinado con la escalerita (¿es que estas nuevas generaciones no han visto películas de terror, o qué?), pero tiene una desventaja importante: una vez estás en la buhardilla, esa trampilla no es más que un agujero en el suelo. Y entre eso, y que la escalera es una cosa endeble, temblequeante y muy empinada, subir y bajar de ahí arriba da miedito.

Así que me decidí por hacer una barandilla en la parte superior, por aquello de evitar caídas accidentales, y para tener algo a lo que agarrarse al subir y bajar. Nada complicado, pero, al parecer, lo suficientemente inusual para no encontrar nada comercial que se le parezca. Vamos, que no soy siquiera capaz de encontrar una imagen de algo parecido, pero la idea es poner una barandilla haciendo una "U" que proteja el hueco de la trampilla por los laterales y por detrás.

Si esperabais una filigrana de forja churrigueresca, está claro que esa no es la idea. Quiero una barandilla simple, lo más sencilla, sólida y fácil de hacer que sea posible. El objetivo no es la decoración, sino no caerse por el agujero, y tener donde agarrarse al subir y bajar.

Y eso, por supuesto, significa metal, que ya os he dicho que esta entrada es una excusa para otra sobre soldadura.


Uhmmm... ¿acaso has llegado a este blog buscando un grupo pop ochentoso famoso por sus dudosas rimas? Tengo que currarme más lo del SEO y el clickbait.

Y hay que tener en cuenta el nada desdeñable hecho de que una barandilla, fabricada a medida, cuesta un dineral; y que el hierro en sí es barato. Así que al lío: lo primero, es tomar medidas del espacio disponible.
¿Que por qué hay riñones en el esquema de la planta de una barandilla? Pues en realidad son pegotones de cemento, que supongo que están allí para reforzar las espigas que sujetan la escalera en su sitio. Como sobresalen unos centímetros de la superficie, hay que tenerlos en cuenta para esquivarlos.

A la hora de diseñar una barandilla de hierro siendo novato, tienes que tener en cuenta varias cosas:

- Tus soldaduras van a ser una mierda, así que no deberían soportar peso ni fuerzas estructurales. Las soldaduras deben servir sólo para evitar que unas piezas resbalen sobre otras, pero la solidez de la estructura debe basarse en que unas piezas estén sólidamente apoyadas.

- No, no vas a ser capaz de fijarlo todo en ángulo recto con barrotes verticales y travesaños horizontales. Ni mides tan bien ni sueldas tan sólido. Quieres algún tipo de tirante en diagonal para que sea imposible que quede descuadrado.

Basándome en estos dos principios, llegué a un diseño básico, feo, pero espero que robusto:

Cada uno de los laterales será algo así. Sí, exacto, como las barandillas que pone en algunas aceras el ayuntamiento de Madrid.

Unas pletinas metálicas en la base y en la superficie, unos tubos cuadrados como pilares, y más pletina para los tensores diagonales. Las medidas disponibles en el almacén me obligaron a ajustar un poco esas acotaciones, pero por ahí le andan.

Al final, para la base y los tensores usé pletina de 4mm de espesor y 40mm de anchura; para la superficie, pletina de 5x50mm, y para los pilares, tubo cuadrado de 40x40mm, de paredes de chapa tan gruesa como había (a la hora de soldar, la chapa demasiado fina es problemática)

¿Que si esto es lo bastante sólido? Pues puede que no aguante la embestida de un coche a toda velocidad, pero un humano sin herramientas va a tener que esforzarse mucho, pero que mucho, para deformarlo.

Uhmm... por cierto, no es mala idea que te lleves un calibre cuando vayas a comprar el hierro para comprobar dimensiones. La pletina que me llevé en realidad no llegaba del todo a los 40mm de ancho, y eso no es buena cosa a la hora de soldar la base al tubo de 40.

Y sí, pensé en forjar en curva el extremo de la superficie, pero luego decidí ponerle encima un pasamanos de madera, así que al final se queda recto.

Y una parte trasera que unirá los dos laterales


Ahora hay que empezar a pensar en la prosaica realidad de cómo se vende el hierro. No sé cómo será allende los mares, pero por aquí la medida estándar que se puede comprar en pletinas y tubos (más allá de cachicos diminutos para el bricolaje más básico) son los seis metros de largo; así que es posible que quieras ajustar tus medidas para aprovechar bien las piezas disponibles.

No nos engañemos: el síndrome de Diógenes tampoco le va a hacer ascos a que sobren unos retalitos de metal para usar en el futuro almacenar durante años por si acaso esta chatarra sirviera para algo.

Lo cierto es que seis metros de cimbreante pletina metálica es un poquito más largo de lo que se puede llevar en un coche privado normalito sin liarla. Sí, aunque tenga baca. Así que, si no tienes acceso a una furgoneta bien hermosa, lo mejor es comprar el hierro en un sitio donde te lo puedan cortar sin cobrarte mucho de más y sin tocarte mucho las narices (que ambas cosas me han pasado en un par de sitios) Yo ya tengo fichado un almacén de hierros de mi barrio donde cumplen y son majos hasta decir basta; pero no os creáis que es la norma, así que mejor enterarse antes de darte un paseo en balde.

Y si vais a llevar el hierro dentro del coche, tened en cuenta que mancha, o bien del aceite para que no se oxide, o bien del óxido que ya se ha formado. Proteged cualquier tapizado al que tengáis un mínimo cariño.

Y no te olvides de que, además de manchar, el hierro recién cortado tiene aristas afiladas que se van a enganchar y a rasgar esa tapicería tan fashion y cara que te dio por poner a los asientos en esa etapa de afición por el tunning que tuviste hace años después de ver The fast & the furious en estado de conciencia químicamente alterada.

Ya tienes los hierros, tienes el diseño, y llega el momento de hacer una de las cosas más divertidas y arriesgadas que se pueden hacer con metal. Sí, no disimules, sabes a lo que me refiero. ¡Exacto! ¡Medir y marcar los cortes que vas a hacer más tarde!

Ya conoces el dicho: mide dos veces, corta una, dale martillazos hasta que ajuste.

Mucho cuidado si las lamas superiores e inferiores son de diferentes anchos, asegúrate de que todo está medido para que queden centradas, en particular si vas a encajar las esquinas cortadas en ángulo de 45º, que es fácil liarse.

Con este diseño de tirantes cruzados, puede ser buena idea empezar cortando las lamas horizontales y los tubos verticales, y luego verificar la medida de los tirantes sobre la estructura presentada. En serio, que luego los espesores del material pueden darte sorpresas. 

 Si has llegado hasta aquí, quiero pensar que sabes manejar una radial y conoces las medidas de seguridad básicas necesarias. Si no es así... A ver, nunca pongas la mano delante, nunca la dejes en ninguna parte antes de que se haya parado del todo, y nunca fuerces lateralmente un disco de corte. Guantes y gafas de seguridad. Y tenle mucho, mucho, pero que mucho respeto; ese trasto es peligroso. Sobre todo si eres de los que cuenta con los dedos y quieres llegar más allá del nueve y medio.

Para presentar las piezas, puede hacerte falta algo que no siempre es tan fácil de encontrar: una superficie bien lisa sobre la que colocarlas, y algo con lo que sujetarlas en su sitio.

Nadie dijo que fuera a sujetarlo todo junto usando elementos de alta tecnología ¿no?

Sobre este montaje es sobre el que ya puedes medir la longitud de los tirantes. ¡Cuidado, asegúrate de que ambas diagonales miden lo mismo! Si no miden lo mismo, es que la pieza está descuadrada, ajusta la colocación hasta que ambas diagonales de cada cuadro sean idénticas.

Con esa medida ya puedes cortar los tirantes, y, para que se crucen en el medio, les haces una ranura hasta media anchura, de forma que encajen el uno contra el otro.

Fíjate que la ranura no atraviesa el hierro en perpendicular, sino con un poco de ángulo. Eso es porque los dos tirantes no se van a cruzar en ángulo recto



La ranura en cuestión la puedes hacer con un taladro y dos cortes paralelos, o, si tienes discos de radial de esos que están a medio camino del disco de corte y el de desbaste, con uno de esos.

Con estas piezas ya cortadas y preparadas, puedes terminar de presentar todo el invento para asegurarte de que todo encaja.

Va pareciendo algo ¿no?


Antes de continuar, este puede ser un momento para marcar y taladrar los sitios en los que pretendas pasar tornillos, ya sea en la base para fijar la barandilla al suelo, o en la superficie para poner un pasamanos de madera. Broca bien afilada, poca velocidad de giro y un poquito de aceite lubricante en el agujero según vas taladrando, que estos espesores ya van siendo lo bastante dignos como para cargarte la broca si no tienes un poco de cuidado.




Y si hay que avellanar, se avellana.

Mi plan era soldar los paneles laterales y trasero en el exterior, subirlos al altillo, y allí terminar de fijarlo todo; pero, afortunadamente, uno ya va teniendo tablas y sabe por dónde le pueden venir los problemas. Porque... ¿seguro que esas piezas van a caber por la trampilla? Yo tomé las medidas expresamente para que cupieran, pero apuré bastante para que la barandilla fuera lo más alta posible.


Test run. Un poco de cinta americana, y a ver si de verdad entra o no entra

Y, como no podía ser de otra manera: no, no entra. A ojo, no entra como por dos pulgadas (¿Cómo demonios medí yo?). Así que me va a tocar soldarlo todo allí arriba. Pero de eso ya hablaremos otro día.