Vale, lo confieso: este post no va a aportar casi nada. Es básicamente una introducción para dar contexto al siguiente post, en el que hablaré de cómo soldar cuando no sabes soldar; que eso sí que es un conocimiento útil. Así que, con mis disculpas, aquí va un post soso sobre el diseño más simple y feo posible que le puedes dar a una barandilla de hierro.
Va, venga, una imagen para consolar los nostálgicos de aquellos juguetes metálicos que han llegado hasta aquí por culpa del confuso título de esta entrada
Todo empezó porque mi casa del pueblo tiene una buhardilla de esas de aprovechamiento dudoso. No tiene luz natural, no puedes ponerte del todo de pie sin meterte un cabezazo contra el techo, los acabados son cemento, vigas y ladrillos... pero oye, es una buena cantidad de metros cuadrados de almacenamiento que no resulta en absoluto desdeñable.
Y también tiene una característica muy curiosa que yo, hasta que compramos esta casa, no había visto más que en las películas americanas: un acceso consistente en una trampilla en el techo del pasillo y una escalera escamoteable.
¡Me encanta nuestra pintura del pasillo!
Si, ya, cómo mola ¿no? Pues sí, cualquier niño que visita la casa y la ve se queda fascinado con la escalerita (¿es que estas nuevas generaciones no han visto películas de terror, o qué?), pero tiene una desventaja importante: una vez estás en la buhardilla, esa trampilla no es más que un agujero en el suelo. Y entre eso, y que la escalera es una cosa endeble, temblequeante y muy empinada, subir y bajar de ahí arriba da miedito.
Así que me decidí por hacer una barandilla en la parte superior, por aquello de evitar caídas accidentales, y para tener algo a lo que agarrarse al subir y bajar. Nada complicado, pero, al parecer, lo suficientemente inusual para no encontrar nada comercial que se le parezca. Vamos, que no soy siquiera capaz de encontrar una imagen de algo parecido, pero la idea es poner una barandilla haciendo una "U" que proteja el hueco de la trampilla por los laterales y por detrás.
Si esperabais una filigrana de forja churrigueresca, está claro que esa no es la idea. Quiero una barandilla simple, lo más sencilla, sólida y fácil de hacer que sea posible. El objetivo no es la decoración, sino no caerse por el agujero, y tener donde agarrarse al subir y bajar.
Y eso, por supuesto, significa metal, que ya os he dicho que esta entrada es una excusa para otra sobre soldadura.
Uhmmm... ¿acaso has llegado a este blog buscando un grupo pop ochentoso famoso por sus dudosas rimas? Tengo que currarme más lo del SEO y el clickbait.
Y hay que tener en cuenta el nada desdeñable hecho de que una barandilla, fabricada a medida, cuesta un dineral; y que el hierro en sí es barato. Así que al lío: lo primero, es tomar medidas del espacio disponible.
¿Que por qué hay riñones en el esquema de la planta de una barandilla? Pues en realidad son pegotones de cemento, que supongo que están allí para reforzar las espigas que sujetan la escalera en su sitio. Como sobresalen unos centímetros de la superficie, hay que tenerlos en cuenta para esquivarlos.
A la hora de diseñar una barandilla de hierro siendo novato, tienes que tener en cuenta varias cosas:
- Tus soldaduras van a ser una mierda, así que no deberían soportar peso ni fuerzas estructurales. Las soldaduras deben servir sólo para evitar que unas piezas resbalen sobre otras, pero la solidez de la estructura debe basarse en que unas piezas estén sólidamente apoyadas.
- No, no vas a ser capaz de fijarlo todo en ángulo recto con barrotes verticales y travesaños horizontales. Ni mides tan bien ni sueldas tan sólido. Quieres algún tipo de tirante en diagonal para que sea imposible que quede descuadrado.
Basándome en estos dos principios, llegué a un diseño básico, feo, pero espero que robusto:
Cada uno de los laterales será algo así. Sí, exacto, como las barandillas que pone en algunas aceras el ayuntamiento de Madrid.
Unas pletinas metálicas en la base y en la superficie, unos tubos cuadrados como pilares, y más pletina para los tensores diagonales. Las medidas disponibles en el almacén me obligaron a ajustar un poco esas acotaciones, pero por ahí le andan.
Al final, para la base y los tensores usé pletina de 4mm de espesor y 40mm de anchura; para la superficie, pletina de 5x50mm, y para los pilares, tubo cuadrado de 40x40mm, de paredes de chapa tan gruesa como había (a la hora de soldar, la chapa demasiado fina es problemática)
¿Que si esto es lo bastante sólido? Pues puede que no aguante la embestida de un coche a toda velocidad, pero un humano sin herramientas va a tener que esforzarse mucho, pero que mucho, para deformarlo.
Uhmm... por cierto, no es mala idea que te lleves un calibre cuando vayas a comprar el hierro para comprobar dimensiones. La pletina que me llevé en realidad no llegaba del todo a los 40mm de ancho, y eso no es buena cosa a la hora de soldar la base al tubo de 40.
Y sí, pensé en forjar en curva el extremo de la superficie, pero luego decidí ponerle encima un pasamanos de madera, así que al final se queda recto.
Y una parte trasera que unirá los dos laterales
Ahora hay que empezar a pensar en la prosaica realidad de cómo se vende el hierro. No sé cómo será allende los mares, pero por aquí la medida estándar que se puede comprar en pletinas y tubos (más allá de cachicos diminutos para el bricolaje más básico) son los seis metros de largo; así que es posible que quieras ajustar tus medidas para aprovechar bien las piezas disponibles.
No nos engañemos: el síndrome de Diógenes tampoco le va a hacer ascos a que sobren unos retalitos de metal para usar en el futuro almacenar durante años por si acaso esta chatarra sirviera para algo.
Lo cierto es que seis metros de cimbreante pletina metálica es un poquito más largo de lo que se puede llevar en un coche privado normalito sin liarla. Sí, aunque tenga baca. Así que, si no tienes acceso a una furgoneta bien hermosa, lo mejor es comprar el hierro en un sitio donde te lo puedan cortar sin cobrarte mucho de más y sin tocarte mucho las narices (que ambas cosas me han pasado en un par de sitios) Yo ya tengo fichado un almacén de hierros de mi barrio donde cumplen y son majos hasta decir basta; pero no os creáis que es la norma, así que mejor enterarse antes de darte un paseo en balde.
Y si vais a llevar el hierro dentro del coche, tened en cuenta que mancha, o bien del aceite para que no se oxide, o bien del óxido que ya se ha formado. Proteged cualquier tapizado al que tengáis un mínimo cariño.
Y no te olvides de que, además de manchar, el hierro recién cortado tiene aristas afiladas que se van a enganchar y a rasgar esa tapicería tan fashion y cara que te dio por poner a los asientos en esa etapa de afición por el tunning que tuviste hace años después de ver The fast & the furious en estado de conciencia químicamente alterada.
Ya tienes los hierros, tienes el diseño, y llega el momento de hacer una de las cosas más divertidas y arriesgadas que se pueden hacer con metal. Sí, no disimules, sabes a lo que me refiero. ¡Exacto! ¡Medir y marcar los cortes que vas a hacer más tarde!
Ya conoces el dicho: mide dos veces, corta una, dale martillazos hasta que ajuste.
Mucho cuidado si las lamas superiores e inferiores son de diferentes anchos, asegúrate de que todo está medido para que queden centradas, en particular si vas a encajar las esquinas cortadas en ángulo de 45º, que es fácil liarse.
Con este diseño de tirantes cruzados, puede ser buena idea empezar cortando las lamas horizontales y los tubos verticales, y luego verificar la medida de los tirantes sobre la estructura presentada. En serio, que luego los espesores del material pueden darte sorpresas.
Si has llegado hasta aquí, quiero pensar que sabes manejar una radial y conoces las medidas de seguridad básicas necesarias. Si no es así... A ver, nunca pongas la mano delante, nunca la dejes en ninguna parte antes de que se haya parado del todo, y nunca fuerces lateralmente un disco de corte. Guantes y gafas de seguridad. Y tenle mucho, mucho, pero que mucho respeto; ese trasto es peligroso. Sobre todo si eres de los que cuenta con los dedos y quieres llegar más allá del nueve y medio.
Nadie dijo que fuera a sujetarlo todo junto usando elementos de alta tecnología ¿no?
Sobre este montaje es sobre el que ya puedes medir la longitud de los tirantes. ¡Cuidado, asegúrate de que ambas diagonales miden lo mismo! Si no miden lo mismo, es que la pieza está descuadrada, ajusta la colocación hasta que ambas diagonales de cada cuadro sean idénticas.
Con esa medida ya puedes cortar los tirantes, y, para que se crucen en el medio, les haces una ranura hasta media anchura, de forma que encajen el uno contra el otro.
Fíjate que la ranura no atraviesa el hierro en perpendicular, sino con un poco de ángulo. Eso es porque los dos tirantes no se van a cruzar en ángulo recto
La ranura en cuestión la puedes hacer con un taladro y dos cortes paralelos, o, si tienes discos de radial de esos que están a medio camino del disco de corte y el de desbaste, con uno de esos.
Con estas piezas ya cortadas y preparadas, puedes terminar de presentar todo el invento para asegurarte de que todo encaja.
Va pareciendo algo ¿no?
Antes de continuar, este puede ser un momento para marcar y taladrar los sitios en los que pretendas pasar tornillos, ya sea en la base para fijar la barandilla al suelo, o en la superficie para poner un pasamanos de madera. Broca bien afilada, poca velocidad de giro y un poquito de aceite lubricante en el agujero según vas taladrando, que estos espesores ya van siendo lo bastante dignos como para cargarte la broca si no tienes un poco de cuidado.
Y si hay que avellanar, se avellana.
Mi plan era soldar los paneles laterales y trasero en el exterior, subirlos al altillo, y allí terminar de fijarlo todo; pero, afortunadamente, uno ya va teniendo tablas y sabe por dónde le pueden venir los problemas. Porque... ¿seguro que esas piezas van a caber por la trampilla? Yo tomé las medidas expresamente para que cupieran, pero apuré bastante para que la barandilla fuera lo más alta posible.
Test run. Un poco de cinta americana, y a ver si de verdad entra o no entra
Y, como no podía ser de otra manera: no, no entra. A ojo, no entra como por dos pulgadas (¿Cómo demonios medí yo?). Así que me va a tocar soldarlo todo allí arriba. Pero de eso ya hablaremos otro día.
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